Cultura

Infraestructuras y equipamientos

Teatro de la villa

El Teatro de la Villa es un espacio cultural de titularidad municipal, destinado fundamentalmente a la exhibición de espectáculos del campo de las artes escénicas (Teatro, danza) y musicales, aunque complementariamente pueda ser utilizado para la realización de reuniones de personas (asambleas, mítines, conferencias u otros modelos de concentración humana).

Procedimiento de solicitud y adjudicación:

  1. El trámite de las solicitudes deberá realizarse en los Servicios de Cultura del Ayuntamiento. Deberá cumplimentarse una Hoja de Solicitud según modelo establecido al efecto, presentándola con una antelación mínima de 2 días y máxima de 2 meses.
  2. La autorización o denegación se realizará desde los Servicios Culturales del Ayuntamiento. Cuando no estuviera claro el supuesto, se reunirá una Comisión al efecto, integrada por el Concejal-Delegado, el Jefe del Área y el Técnico Sociocultural para decidir los supuestos que se plantean. 

Centro Cívico

El Centro Cívico Cultural de Ejea de los Caballeros es un espacio comunitario de titularidad municipal, destinado a propiciar la socialización y el desarrollo personal de los vecinos a través de la cultura, la educación, la participación y el asociacionismo, además de otros objetivos no preconcebidos que pueden ir surgiendo en el devenir de su actividad, ya que los Centros Cívicos, en su propio concepto, no son modelos estáticos y uniformes sino que han de ser capaces de adaptarse a los cambios sociales y culturales.

Procedimiento de solicitud y adjudicación de cesión coyuntural o no permanente:

  1. El trámite de las solicitudes podrá realizarse tanto en la recepción del Centro Cívico como en los Servicios de Cultura del Ayuntamiento. Deberá cumplimentarse una Hoja de Solicitud según modelo establecido al efecto, presentándola con una antelación mínima de 2 días y máxima de 2 meses.
  2. La autorización o denegación se realizará desde los Servicios Culturales del Ayuntamiento. Cuando no estuviera claro el supuesto y este reglamento no diera respuesta a la situación planteada, se reunirá una Comisión al efecto, integrada por el Concejal-Delegado, el Jefe del Área y el Técnico Sociocultural para decidir los supuestos que se plantean.

Con carácter general, será notificada la adjudicación o denegación de uso de los espacios en el plazo máximo de 7 días hábiles después de presentar la solicitud El responsable de la actividad, a su llegada a la instalación presentará al personal su hoja de autorización

Biblioteca

La Biblioteca Municipal de Ejea de los Caballeros es un centro de cultura e información abierto a toda la ciudadanía, colectivos y entidades. Consta de sala de lectura general y hemeroteca, sala infantil y juvenil, sala de estudio y zona de audiovisuales, con ordenadores de acceso público a Internet. Cuenta con WIFI en todo el centro.

Carnet:

Gratuito. Solicitud mediante presentación de D.N.I. o documento equivalente.

Página web:

Desde la página web de la Biblioteca pueden consultarse todos sus servicios y trámites, acceder directamente al catálogo, descubrir todas las novedades literarias y las actividades previstas y acceder al préstamo de obras digitales.

Acceso: https://www.bibliotecaspublicas.es/ejeadeloscaballeros

Casa de la música

La Escuela Música de Ejea de los Caballeros, ofrece una formación musical teórica y práctica, en la que pueden participar alumnos de cualquier edad, con unos servicios musicales que abarcan todas las materias propias de una escuela: música y movimiento, lenguaje musical, práctica instrumental, formación complementaria y actividades vocales e instrumentales de conjunto.

Inscrita en el Registro de Escuelas de Música y Danza de la D.G.A., con la colaboración en la gestión de la Asociación Cultural «Ateneo Musical», desempeña sus enseñanzas musicales desde el año 1.991 a cargo de profesores titulados.

Ofrece una amplia oferta educativa, Ballet, Música y Movimiento, Lenguaje Musical, Lenguaje de Adultos, Lenguaje de Educación Especial, diferentes especialidades instrumentales, Música Tradicional, agrupaciones instrumentales y la posibilidad de preparar al alumnado al conservatorio y a magisterio musical.

La caja de música

La “Caja de Música” consiste en unas instalaciones acondicionadas para un uso musical, que a la vez servirá de auditorio ciudadano. El recinto tiene una capacidad para 200 personas de público, 80 músicos en el escenario, y el edificio esta ubicado en la Calle Ronda del Ferrocarril anexo a la “Casa de Música”.

La sala consta de 126 metros útiles, con suelo y paredes de madera para lograr una buena acústica musical. Para la ubicación de los asistentes se han realizado unas gradas. Cuenta con instalaciones de calefacción por gas, climatización, falso techo con la peculiaridad de su forma de “M” como símbolo de la palabra Música y focos especiales para disponer de un correcto sonido en la sala.

 En su diseño exterior cuenta con pequeñas ventanas y una puerta de carga y descarga que tiene salida a la Ronda del Ferrocarril.

Ejea carecía hasta el momento de un espacio amplio para ensayos de grupos numerosos, audiciones, muestras de ballet o como salón de actos donde realizar conferencias o conciertos de música.

 Este inmueble está separado de la Casa de Música con unas cajas de cristal de manera que se puede contemplar la totalidad del edifico. En cuanto a los colores, predominan los cálidos “para dar tranquilidad a los músicos y a los estudiantes en las audiciones”.

Certamen Coral

El Certamen Coral de Ejea de los Caballeros es un concurso coral de ámbito nacional nacido en el año 1970.. Por él han pasado más de 100 coros de toda España, 3.500 coralistas, 48 coros infantiles y 15 coros extranjeros (Rusia, Suecia, Noruega, Francia, Finlandia, Filipinas, Cuba, Alemania y Reino Unido).

Ejea de los Caballeros es una ciudad donde el canto coral tiene una larga y acreditada tradición. No en vano, uno de los coros aragoneses de más antigua fundación es la Coral Polifónica «Exea», de existencia casi cincuentenaria. Por eso, cuando el Centro de Iniciativas Turísticas y Patronato Social Católico quiso ensalzar la conmemoración de la llegada de las aguas del Canal de las Bardenas -hecho acaecido el 8 de abril de 1959-, mediante una iniciativa que, de paso, significara dar a conocer cultural y turísticamente nuestra ciudad, decidió promover un encuentro de música polifónica cuyo nivel estuviera a la altura de tales objetivos.

Con este deseo se organizó el primer Festival, que se celebró el 12 de abril de 1970. De manera sucesiva, y siempre en el mes de abril de cada año, se han ido realizando las diferentes ediciones del Festival, hasta llegar a la vigésimo sexta (1995). Entonces tomó el relevó organizativo el Ayuntamiento de Ejea. Se rebautizó al concurso tal y como se conoce hoy en día en toda España, Certamen Coral de Ejea de los Caballeros.

El esquema del Certamen Coral de Ejea es un concurso en el que los coros deben interpretar cuatro obras: la obligada (que se encarga a un autor cada año), una obra de tema aragonés y de raiz popular, y dos obras de libre elección. Los coros tienen la opción de que la obra de tema aragonés y las dos obras de libre elección puedan ser acompañadas de hasta tres instrumentos.

La organización del Certamen Coral de Ejea proporciona una serie de ayudas económicas de los coros en función del kilometraje desde sus lugares de origen hasta Ejea. Así mismo, en la medida de las disponibilidades presupuestarias, se facilita el alojamiento a los coros.

El jurado del Certamen Coral de Ejea está compuesto por seis profesionales del mundo coral de reconocido prestigio internacional.

Los premios del Certamen Coral de Ejea Categoría Adulto son los siguientes:

  • Primer premio: 4.000 €
  • Segundo Premio: 2.000 €
  • Tercer Premio: 1.000 €

Los premios del Certamen Coral de Ejea Categoría Juvenil son los siguientes:

  • Primer premio: 3.000 €
  • Segundo Premio: 1.500 €
  • Tercer Premio: 750 €

Premio del Público: 1.000 € y trofeo conmemorativo para un coro de cualesquiera de las dos modalidades.

Nuestra Historia

Sekia, Segia, Egessa, Siya, Exea y, por fin, Ejea, Ejea de los Caballeros: estos son algunos de los nombres que le han dado los hombres a lo largo de la Historia. Nombres que tienen detrás vivencias, padecimientos, alegrías y retos; nombres que han hecho de Ejea lo que ahora es.

Nuestro recorrido arranca de muchos años antes del nacimiento de Jesucristo; exactamente de hace 10.000 años. Es en ese momento histórico donde los arqueólogos han encontrado en sus tierras indicios de épocas tan pretéritas como la Edad del Bronce, el Calcolítico o, incluso, el Neolítico.

Historia antigua

Pero será más adelante cuando la presencia del Hombre se haga efectiva en las llanas tierras de Ejea de los Caballeros. Entre los años 800 y 184 antes de Cristo, su territorio fue testigo del paso de diferentes pueblos y tribus. 

Vascones, cerretanos, iacetanos, largentes, sedetanos y suessetanos fueron y vinieron por sus tierras o por los alrededores de ellas. De todos ellos, fueron los suessetanos los que se asentaron en el territorio que hoy todos conocemos como término municipal de Ejea. 

Desde el 600 antes de Cristo los suessetanos crearon Sekia, el primer nombre conocido como núcleo de población. Los suessetanos, de origen indoeuropeo y englobados dentro de los pueblos íberos, establecieron, incluso, en Sekia un centro emisor de moneda.

Pero será más adelante cuando la presencia del Hombre se haga efectiva en las llanas tierras de Ejea de los Caballeros. 

Entre los años 800 y 184 antes de Cristo, su territorio fue testigo del paso de diferentes pueblos y tribus. Vascones, cerretanos, iacetanos, largentes, sedetanos y suessetanos fueron y vinieron por sus tierras o por los alrededores de ellas. De todos ellos, fueron los suessetanos los que se asentaron en el territorio que hoy todos conocemos como término municipal de Ejea. 

Desde el 600 antes de Cristo los suessetanos crearon Sekia, el primer nombre conocido como núcleo de población. Los suessetanos, de origen indoeuropeo y englobados dentro de los pueblos íberos, establecieron, incluso, en Sekia un centro emisor de moneda.

Los suessetanos debieron sucumbir al impulso invasor de los romanos en el año 184 antes de Cristo. Los romanos le pusieron otro nombre -Segia- y emprendieron una intensa labor colonizadora en su área de influencia. La calzada Zaragoza-Pamplona se constituyó en la columna vertebral de las comunicaciones que atravesaban sus tierras. Los romanos se aprovecharon de las condiciones innatas de Ejea para el cultivo del cereal y extendieron una red de vías secundarias que daban acceso a las villas y los asentamientos de la población.

La presencia de los romanos en lo que hoy es Ejea de los Caballeros está comprobada por la abundancia de numerosos restos arqueológicos: lápidas funerarias, cerámica, tramos de calzada, miliarios como el de Sora, datado en el año 9 a. C., los baños de Bañera, los utensilios de la vida cotidiana encontrados en La Corona y las construcciones hidráulicas, como el azud de Arasias.

El valor de los hijos de Ejea se reflejó en un acontecimiento del que los historiadores romanos dejaron buena nota. Sosinadem, Sosimilus, Urgidar, Gurtarno, Elandus, Agirnes, Nalbeaden, Arranes y Umargibas. Estos nueve guerreros segienses, los primeros ejeanos de los que conocemos su nombre, formaron parte del «Escuadrón Zaragozano» que el Imperio Romano reclutó en tierras extranjeras para luchar en la Guerra de los Aliados, en el año 88 a.C.. Estos primeros ejeanos demostraron un valor destacado en el asedio de la ciudad de Ascoli. Por eso, en el año 89 a.C., Roma los distinguió con la concesión de la ciudadanía romana, siendo la primera vez que los romanos la concedían a guerreros extranjeros.

Historia medieval

La caída del Imperio Romano supuso para Ejea un periodo de decadencia. A partir del año 545 después de Cristo, su territorio entró en un proceso de desertización demográfica y de disminución del tono de la vida socioeconómica. La zona de Ejea quedó bajo el dominio de un terrateniente hispanorromano, el Conde Casio. Su poder abarcaba desde las tierras ejeanas hasta la vecina Tudela, en lo que hoy es Navarra. Se trataba de un amplísimo territorio en el que la explotación cerealística y la ganadería eran las principales actividades económicas. Estos visigodos hispanorromanos le dieron otro nombre, Egessa, el cual aparece en algunas monedas encontradas en sus suelos.

Los musulmanes llegaron hasta los límites ejeanos en el año 714, tres años después de su desembarco en la Península Ibérica. Se encontraron con un país desunido y débil, por lo que no hallaron demasiada oposición en los que aquí ya vivían. Por lo que se refiere a Ejea, los musulmanes se toparon con una zona dominada por el Conde Casio. Aplicando una política de conversión no violenta, los musulmanes llegaron a un pacto con el Conde: éste se convirtió al Islam, manteniendo todas sus posesiones pero rindiendo pleitesía al nuevo poder instalado. De este modo, nació la dinastía muladí de los Banu Qasi.

El núcleo de población más importarte de la zona lo monopolizó Ejea. Los musulmanes le volvieron a cambiar el nombre: Siya. La Siya musulmana ocupaba urbanísticamente parte de lo que hoy todos conocen como La Corona, el lugar más alto y mejor defendible. Allí se estableció la zuda -la fortaleza defensiva-, las mezquitas y el caserío, con un barrio muzárabe donde se ubicó la poca población cristiana que permanecía en ejea.. Los musulmanes desarrollaron su actividad económica en la agricultura, aprovechando al máximo las posibilidades del regadío. Extendieron el sistema azud-acequia en las zonas paralelas a los ríos Arbas, sistema que aún hoy persiste en la Huerta Vieja.

La caída del Imperio Romano supuso para Ejea un periodo de decadencia. A partir del año 545 después de Cristo, su territorio entró en un proceso de desertización demográfica y de disminución del tono de la vida socioeconómica. La zona de Ejea quedó bajo el dominio de un terrateniente hispanorromano, el Conde Casio. Su poder abarcaba desde las tierras ejeanas hasta la vecina Tudela, en lo que hoy es Navarra. Se trataba de un amplísimo territorio en el que la explotación cerealística y la ganadería eran las principales actividades económicas. Estos visigodos hispanorromanos le dieron otro nombre, Egessa, el cual aparece en algunas monedas encontradas en sus suelos.

Los musulmanes llegaron hasta los límites ejeanos en el año 714, tres años después de su desembarco en la Península Ibérica. Se encontraron con un país desunido y débil, por lo que no hallaron demasiada oposición en los que aquí ya vivían. Por lo que se refiere a Ejea, los musulmanes se toparon con una zona dominada por el Conde Casio. Aplicando una política de conversión no violenta, los musulmanes llegaron a un pacto con el Conde: éste se convirtió al Islam, manteniendo todas sus posesiones pero rindiendo pleitesía al nuevo poder instalado. De este modo, nació la dinastía muladí de los Banu Qasi.

El núcleo de población más importarte de la zona lo monopolizó Ejea. Los musulmanes le volvieron a cambiar el nombre: Siya. La Siya musulmana ocupaba urbanísticamente parte de lo que hoy todos conocen como La Corona, el lugar más alto y mejor defendible. Allí se estableció la zuda -la fortaleza defensiva-, las mezquitas y el caserío, con un barrio muzárabe donde se ubicó la poca población cristiana que permanecía en ejea.. Los musulmanes desarrollaron su actividad económica en la agricultura, aprovechando al máximo las posibilidades del regadío. Extendieron el sistema azud-acequia en las zonas paralelas a los ríos Arbas, sistema que aún hoy persiste en la Huerta Vieja.

En esta época, la importancia de Ejea residía más en el aspecto estratégico que en el socioeconómico o demográfico. Ejea era el asentamiento musulmán más al norte respecto a los focos de resistencia cristianos en el Pirineo, los futuros reinos y condados aragoneses. El interés que los cristianos mostraron por ella fue temprano. En los años 907-908 el rey pamplonés Sancho Garcés I ya quiso arrebatarla a los musulmanes. En el año 1091, Sancho Ramírez lo volvió a intentar sin éxito. Pero en el año 1105 los seguidores del Islam no pudieron soportar el empuje de Alfonso I el Batallador. Ese año los cristianos la conquistan de forma definitiva: de Siya musulmana paso a ser la Exea cristiana.

Cinco años después de su conquista, Alfonso I el Batallador le concedió Carta Puebla. Era el año 1110. Se trata de un instrumento legal a través del cual se establecieron los límites territoriales y se arbitraron una serie de normas jurídicas para los nuevos pobladores. Hay que decir que en las tierras ejeanas no quedó ningún musulmán y que el rey de Aragón lo que pretendía era atraer nuevas gentes. Uno de los elementos que aseguraban la llegada de nuevos pobladores, los futuros ejeanos, fue su declaración como villa de realengo, que dependía directamente del rey de Aragón. Con esto se conseguían dos objetivos: se daba seguridad física a los nuevos pobladores, que, de este modo, eran considerados como hombres libres; y el rey, a través de sus funcionarios, tenía el control absoluto sobre una villa que era estratégicamente muy importante, por ser frontera entre musulmanes y cristianos primero y entre aragoneses y navarros después.

Por la Carta Puebla y por las posteriores confirmaciones de privilegios reales, los pobladores de Ejea gozaron de importantes prerrogativas: sobre núcleos de población vecinos para explotar el uso del agua, para usar el monte, para poner en explotación nuevas tierras de cultivo, para regular el pasto del ganado y para eximirse del pago de algunos impuestos reales.

Además de los pobladores cristianos, Exea se nutrió con la llegada de los judíos, un pueblo muy importante dentro de la Historia de la Corona de Aragón. Los judíos gozaban de no pocos privilegios, los cuales estaban tutelados directamente por el rey de Aragón. Las noticias sobre los judíos ejeanos son abundantes. Por ejemplo, en el año 1208, Pedro II de Aragón les concedió el Castillo de Ortes y los espacios adyacentes con la intención de que los poblaran.

El espacio que los nuevos pobladores cristianos y judíos ocuparon sobre el territorio fue el antiguo ámbito de la Siya musulmana, localizado en el actual barrio de La Corona. Es, pues, en este periodo medieval cuando se produce el desarrollo de su urbanismo. En el vértice de La Corona se afianzó un recinto amurallado que reaprovechaba la zuda musulmana. En ese recinto se estableció la Abadía, sede de los monjes franceses de Selva Mayor, que se encargaron de la cristianización y de recaudar los diezmos. Junto a la Abadía estaba la iglesia de San Juan, primer edificio cristiano tras la conquista. Alrededor de este espacio defensivo-religioso, se comenzó a reocupar el caserío musulmán y a construir otro nuevo.

La construcción de la iglesia de Santa María, que se consagró en 1174, es el elemento fronterizo de la primera expansión demográfica y urbanística cristiana. Este momento coincide con la construcción de la primera muralla, la que recorrió todo el contorno sur de La Corona, desde la calle Cantamora hasta la Torre de la Reina, pasando por los Carasoles y la calle Tajada. Dentro de este primer anillo, junto a las casas de los ejeanos, estaría el barrio judío, el Estudio de Gramática y Dialéctica, el palacio real de Jaime II, y el cementerio, en los alrededores de la iglesia de San Juan primero y de la iglesia de Santa María después.

El aumento de población que experimentó Ejea en la primera mitad del siglo XIII instó a los pobladores a construir casas fuera de la primera muralla y a desparramar el caserío hacia el sur, hacia la tierra llana. La construcción de la iglesia de El Salvador, consagrada en 1222, al este y de la ermita de la Virgen de la Oliva al oeste son los dos vértices de este momento de expansión.

Una segunda muralla se trazó entonces siguiendo la actual línea que marca el Paseo del Muro. La puerta de Zaragoza, junto a la iglesia de El Salvador, la puerta de acceso a la Plaza (la actual Plaza España) y la puerta de Huesca, al comienzo del Barrio Huesca (hoy calle Ramón y Cajal) eran los puntos de entrada a este trazado urbano.

Fuera del caso urbano medieval, existían diversas ermitas. La de San Matías dio origen al monasterio de los franciscanos. Lo demás eran huertas junto a los Arbas, campos de cereal en el secano y monte para el ganado ovino y para la explotación forestal.

Durante la época medieval Ejea fue protagonista de hechos trascendentes. Por ejemplo, en 1265, Jaime I el Conquistador convocó Cortes aquí, en las cuales se acabó de modelar la figura del Justicia Mayor de Aragón, que debía dirimir las disputas entre la monarquía y la nobleza. Hoy, la figura del Justicia está recogida en el Estatuto de Autonomía de Aragón como el defensor de los derechos de todos los aragoneses.

Los reyes de Aragón, desde Alfonso I, fueron dando y confirmando los fueros y privilegios de Ejea: derechos sobre la explotación de las aguas de los ríos, exenciones fiscales, derecho de escaliar, privilegio de infanzonía …. De todos ellos existe constancia documental en el Archivo de la Corona de Aragón y en el Archivo Histórico Municipal.

La Baja Edad Media recoge dos momentos claves para Ejea y para los ejeanos: el apoyo a los Unionistas en su disputa con el rey Pedro IV de Aragón (1348) y la incorporación definitiva a la Corona de Aragón, además del derecho de infanzonía concedido por Alfonso V (1428).

Historia moderna

Durante los siglos XV al XVIII vivió Ejea de los Caballeros un periodo de esplendor socioeconómico, de auge artístico y de afianzamiento político como uno de los núcleos de población más importantes de Aragón. Ser una villa de realengo, configurar a los ejeanos como hombres libres, tener unos privilegios consolidados y contar con unas inmensas extensiones de monte comunal le dotaron de unas herramientas utilísimas para experimentar un desarrollo completo.

Durante los siglos XV al XVIII vivió Ejea de los Caballeros un periodo de esplendor socioeconómico, de auge artístico y de afianzamiento político como uno de los núcleos de población más importantes de Aragón. Ser una villa de realengo, configurar a los ejeanos como hombres libres, tener unos privilegios consolidados y contar con unas inmensas extensiones de monte comunal le dotaron de unas herramientas utilísimas para experimentar un desarrollo completo.

Viva muestra de ese esplendor son los numerosos edificios que en este periodo se construyeron en su suelo, edificios que sobre todo tenían un origen religioso o partían de la iglesia. Ello demuestra el poder que ésta atesoró en Ejea. Algunos ejemplos son el Hospital del Mercado (siglo XV), el convento de las Clarisas (1630) y el convento de los Capuchinos (siglo XVII), ubicado cerca de la ermita de la Virgen de la Oliva. Además, numerosas obras de arte -pintura, escultura, orfebrería- se crearon en este momento a cuenta de los ingresos que la iglesia y los ricos hombres ejeanos recopilaban. También destacable es la actividad del Estudio de Gramática y Dialéctica, sobre todo a partir del año 1546.

A lo largo de los siglos XVI y XVII Ejea de los Caballeros, se fue consolidando. El ser una de las villas más importantes de Aragón lo confirma el hecho de que en 1527 el rey Carlos I de España la visitó, reafirmándole todos mis privilegios y el derecho de infanzonía.

Uno de los golpes más duros que la Historia proporcionó a Ejea de los Caballeros fue la Guerra de Sucesión. Ante los dos candidatos a ocupar el trono de España dejado por Carlos II, el Hechizado, -el archiduque Carlos de Austria y el borbón Felipe de Anjou- Ejea se decantó por el Archiduque. La Guerra de Sucesión, que dilucidó esta disputa que llegaba más allá de las fronteras de España, dio como ganador a Felipe de Anjou, el futuro Felipe V, con lo que la dinastía de Borbón ocupó la Corona Española.

Felipe V sitió Ejea en 1706 y destruyó, saqueó, incendió y extendió la muerte hasta extremos insospechados. Ese fue un duro momento para los ejeanos, que se vio acompañado, después, con el castigo de perder la capitalidad del nuevo Corregimiento de las Cinco Villas en favor de Sos del Rey Católico, que sí había sabido ponerse del lado del ganador. Más adelante, otros momentos también fueron difíciles, como la ocupación francesa durante la Guerra de Independencia.

Historia contemporánea

Una constante de las gentes que poblaron Ejea de los Caballeros fue la regulación del agua, un bien muy escaso por estos lares. Esa obsesión ya arranca del siglo XVIII. En 1768, un capitán de infantería llamado Juan Mariano Monroy presentó a Carlos III un proyecto quizás inviable económicamente en esa época, pero revelador de lo que pasó muchos años después en el siglo XX. Dicho proyecto de Monroy pretendía la construcción de un canal de riego que partiendo del río Aragón, y después de regar la llanura cincovillesa, desaguara en el Canal de Tauste, regando en total 15.263 hectáreas.

Una constante de las gentes que poblaron Ejea de los Caballeros fue la regulación del agua, un bien muy escaso por estos lares. Esa obsesión ya arranca del siglo XVIII. En 1768, un capitán de infantería llamado Juan Mariano Monroy presentó a Carlos III un proyecto quizás inviable económicamente en esa época, pero revelador de lo que pasó muchos años después en el siglo XX. Dicho proyecto de Monroy pretendía la construcción de un canal de riego que partiendo del río Aragón, y después de regar la llanura cincovillesa, desaguara en el Canal de Tauste, regando en total 15.263 hectáreas.

Después de la derrota de los franceses en la Guerra de la Independencia, la situación en las tierras ejeanas volvió a normalizarse. La Restauración, con la regencia de la reina María Cristina volvió a reubicar Ejea internamente. Además, en 1834, se creó el partido judicial de Ejea de los Caballeros, que articulaba al centro-sur de las Cinco Villas.

Será a finales del siglo XIX cuando la economía de Ejea empezará a notar los primeros signos de transformación mediante un proceso lento pero constante de roturación de tierras para la explotación cerealística y de la introducción de nuevas técnicas e innovaciones agrarias.

Ese proceso de roturación de tierras se reforzó en el primer tercio del siglo XX, incentivado por la desamortización de dehesas de propios y por la puesta en activo de los montes comunales. Además, en este comienzo del siglo XX, la inquietud de los ejeanos introdujo innovaciones tecnológicas importantes en el campo: el arado con vertedera (el braván), el uso de abonos minerales que apoyaran al biológico y las segadoras y trilladoras a gasolina. También se desarrolló una incipiente industria de maquinaria agrícola que fue la génesis de un sector por el que ahora Ejea es conocida en toda España.

La llegada del tren en 1912, la línea Sádaba-Gallur, articuló la comarca, aunque más se hubiera prosperado si los intereses privados no hubieran frenado el diseño de una línea que a todas las Cinco Villas hubieran convenido más: la Sádaba-Zuera. No obstante, la estación de Ejea y el ferrocarril supuso un incentivo para su economía.

Pero el hecho histórico-económico que transformó de verdad el aspecto de Ejea de los Caballeros fue la construcción del Pantano de Yesa y del Canal de las Bardenas. Ambos fueron consecuencia directa del Plan Aragón: el proyecto del Canal es de 1924 y el del Pantano de 1926. En 1959 se inauguró el pantano y el Canal de las Bardenas: 470 Hm3 de capacidad del pantano, 150 Km de longitud del Canal, 97.300 hectáreas regadas y la construcción de pueblos de colonización (seis en Ejea) dieron un vuelco a la estructura demográfica (aumentó la población a partir de los años 60), económica (la agricultura de regadío disparó la economía), urbanística (expansión por el Ensanche) y social (nuevos comportamientos y actitudes).

Hoy, en los tiempos que discurren por nuestras vidas, de nuevo el Pantano de Yesa y el Canal de las Bardenas son elementos que se barajan para asegurar el porvenir de Ejea, de los ejeanos y de los cincovilleses. De nuevo el agua es para Ejea de los Caballeros, el elemento vital para asegurar un desarrollo con futuro y con canales de crecimiento creíbles.

Por eso, para los ejeanos y ejeanas, el agua es vida.

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