Viernes, 30 de mayo. Centro Cívico-Cultural. 20:00 horas.
El periodista Conrad Blásquiz Herrero presentará en Ejea su libro “José Antonio Labordeta, Diputado del Pueblo”, un trabajo que rinde homenaje a este aragonés ilustre de quien el pasado 5 de abril se cumplieron 25 años desde que entró por primera vez en el Congreso de los Diputados tras ser elegido parlamentario por Chunta Aragonesista. El libro describe la intensa trayectoria política desarrollada por un hombre polifacético de quien se ha escrito mucho de su actividad como cantautor a favor de la libertad y de la democracia, escritor, poeta y presentador de televisión, pero nada o casi nada de lo que realmente fue su motor vital desde que nació el 10 de marzo de 1935 hasta que falleció el 19 de septiembre de 2010: su figura política que condicionó su trayectoria vital.
Conrad Blásquiz Herrero, licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, nació en Barcelona el 15 de junio de 1964. Miembro del equipo fundacional de El Periódico de Aragón, se ha especializado en información política de Aragón desde el Gobierno del aragonesista Hipólito Gómez de las Roces hasta el Ejecutivo socialista de Marcelino Iglesias, momento en que pasó a ser asesor del gabinete de comunicación. Posteriormente, como periodista free lance, ha colaborado en El Diario.es Aragón, entre otras publicaciones. A lo largo de su carrera profesional, ha entrevistado a los principales protagonistas de la política aragonesa, entre los que se encuentra José Antonio Labordeta, con quien mantuvo una cordial relación durante años. Tertuliano político habitual de Aragón TV, es el responsable del portal web especializado en política aragonesa “Desde la Aljafería” http://www.desdelaaljaferia.es
El próximo viernes, 30 de mayo, presentará en el Salón de Actos del Centro su libro “JOSÉ ANTONIO LABORDETA, DIPUTADO DEL PUEBLO”. El autor ahonda en la trayectoria política de Labordeta, un hombre profundamente progresista, amante de su tierra y defensor de un aragonesismo no nacionalista e internacionalista, políticamente inquieto, coqueteó y se dejó querer por la izquierda, pero solo militó en dos partidos políticos: el Partido Socialista de Aragón, el sueño utópico de intelectuales aragoneses que fue engullido en pocos meses por el PSOE de Felipe González, y Chunta Aragonesista, impulsada a mediados de los 80 por un grupo de jóvenes aragonesistas en los que Labordeta quiso ver como los hijos de su querido PSA. Tras varios intentos fallidos de los líderes de CHA, Labordeta, que hasta entonces se había mostrado reacio a liderar una lista electoral, acabó aceptando la candidatura de 1996 al Congreso -se quedó a un puñado de votos de poder entrar- y también en 2000. En esa última ocasión, logró el escaño, un hito nunca conseguido por una fuerza aragonesista de izquierdas. Con 65 años recién cumplidos, con edad para jubilarse, Labordeta inició una nueva aventura en Madrid. Fue un diputado atípico, cercano a los ciudadanos y siempre abrió la puerta de su despacho a las demandas y peticiones que le hicieran. Humanizó la política. Ese fue su legado. Un diputado elegido por el pueblo y que luchó por defender los intereses de ese pueblo. Alfredo Pérez Rubalcaba lo llegó a calificar incluso como el primer indignado en la etapa de Aznar con su conocido “a la mierda”, la frase con la que abrió los informativos de las radios y televisiones de aquella época e incluso el Crónicas Marcianas de Sardá.
“JOSÉ ANTONIO LABORDETA, DIPUTADO DEL PUEBLO” rememora aquel episodio que hoy sería por desgracia algo habitual pero que, en aquel momento, hace casi 25 años, fue muy polémico y que le provocó halagos de numerosos ciudadanos, pero también quebraderos de cabeza, hasta el punto de que lamentó pasar a la historia del parlamentarismo español por aquellas tres palabras. Igualmente, el libro recoge otros momentos protagonizados por él en la Cámara Baja, como la polémica ley de partidos con la que Aznar ilegalizó a HB y que estuvo a punto de provocar la renuncia del diputado aragonesista, su rechazo al trasvase del Ebro, su exigencia de mayor autogobierno votando en contra de la reforma del Estatuto de Autonomía de Aragón, su denuncia de la deficiente situación de la provincia de Teruel, su participación en la comisión de investigación de los atentados yihadistas del 11-M, el accidente del Yakolev y el no rotundo a la guerra de Irak con la lectura emotiva de un poema de su hermano Miguel. Su nula relación con José Maria Aznar -en cuatro años no hablaron ni una vez- en contraposición con su estrecha vinculación con José Luis Rodríguez Zapatero son temas que se amplían en este libro que también dedica un capítulo a la fiesta de despedida con los periodistas parlamentarios, que en 2007 premiaron su colaboración con la prensa y su actividad parlamentaria.
Sería injusto recordar al Labordeta parlamentario por sus exabruptos contra el PP y por su “A la mierda”. Fue el diputado que más trabajó, promovió 8.693 iniciativas, y sus intervenciones parlamentarias, algunas se recogen en este libro, se las creía. Su compromiso con su tierra. El dolor de ver que Aragón para Madrid no existía. Y eso lo tenía muy dentro. Defendía una España plural y no la España que pretendía anular las nacionalidades.
El libro recoge también una carta emotiva, escrita por Paco Pacheco, que fue su alter ego en los ocho de años en el Congreso, dirigida a Labordeta en la que le explica cariñosamente la situación de Aragón desde que falleció en septiembre de 2010.
José Luis Rodríguez Zapatero, Ana Pastor, Iñaki Anasagasti y Juana de Grandes (su viuda) contribuyen, junto a muchos otros, con su testimonio y anécdotas a dibujar en este libro la personalidad de un hombre muy querido por la sociedad aragonesa y española que, como recuerda su amigo Pepe Melero, “amaba la libertad, la igualdad y la fraternidad; era un aragonesista de izquierdas, que defendía “Aragón por encima de muchas cosas”.
Conrad Blásquez estará acompañado en su presentación por Paco Pacheco, amigo de Labordeta. La cita, el viernes, 30 de mayo, a las 20:00 horas, en el Salón de Actos del Centro Cívico Cultural.